domingo, 13 de julio de 2008

Cada vez que alguien nombra a **** me acuerdo de una anécdota casi intrascendente con él, pero me da mucha gracia.

Estaba esperando un colectivo en la Avenida Mitre (otros tiempos, otras tetas) y de repente se detiene una autazo lujosísimo con un rubio (un poquito teñido, para qué lo vamos a negar) y me invita a subir.

La gente a mi alrededor muerta de risa, me dice que suba, que no sea tonta. Yo prefiero sostener mis principios de comportomiento social correcto, a rajatabla, y me niego.

Más risas, el flaco no se inmuta e insiste. Estaba bien, ahora diría que estaba guapísimo, tampoco es cuestión de mentir. Y yo suelto, con desparpajo: si quiere conocerme que se baje del auto. jajajajajaja

No fue la única vez que fui tan altanera (previamente hice lo mismo con el Rey de España... otro día te lo cuento).

Vivo en Sarandi desde que nací. Era el Bocha, naturalmente. Yo no tenía idea. Se casó grande, creo. ¿Estaría esperando a la chica de la minifalda que le dijo que no?

Pude haber cambiado mi destino en un minuto. Preferí esperar los acontecimientos. Me parece que no me equivoqué tanto. O quizás sí. Quien sabe.


Lu

miércoles, 2 de julio de 2008

Vamos al Golden.

Ernesto L: Dame ocho semanas y media (a lo Fellini) y paso por francesa tranquilamente.

Pauli dijo...
"A lo mejor, sería bueno que se animen a pedir lo que quieren".

Bueno, me animo:
Me pido uno como Sting (dijo que hace el amor 8 horas diarias, canta como los ángeles y tiene 200 millones en la cuenta corriente). Además, dicho esto con una voz de total cursilería: no come carne, ¿viste?, ¿no es un dulce?

lb:

Hago como Chávez y largo un rollo al estilo de:

inescrutable.

(Del lat. inscrutabĭlis).


1. adj. Que no se puede saber ni averiguar.




Real Academia Española © Todos los derechos reservados


Langone: ¿Fernando Siro y Elena Cruz? ajajam... mostrate la hilacha, canejo.

Grace®: Si no nos dejan entrar al Golden (del inglés "dorado") nos tiramos al Río de la Plata (del argentium "guita" y si nos rescatan del vuelo de la muerte nos vamos al NOA a visitar las minas de cobre (del porteño: "le pagamos a un gigoló" -siempre y cuando se parezca al americano aquel de las babas de pretty woman).


Por la recuperación minera y la modificación a las retenciones de la ceja.




Lucía.
(Y seguiré luciendo)