lunes, 26 de mayo de 2008

EL CARTEL DE Haciendo buenos aires.




Experto en catastrofismo declara la emergencia amarillista!
Escribe el Ing. Jorge Cubero Sosa
Experto en Catastrofismo Municipal
todosvamosamorir@ubbi.com

Afortunadamente, ya que no hubo solución al fenómeno del Humito Loco que se ha instalado definitivamente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es notorio que lentamente nuestro organismo ha sufrido una serie de mutaciones (probablemente un mecanismo de dobles vejigas con filtro inteligente, crecido como una excrecencia marronácea sobre nuestros actuales pulmones, que le permitirán a las futuras generaciones seguir respirando incluso cloro y bromuro ferroso), adaptándonos completamente a este nuevo status quo.

En cambio, decididamente la ciudad de Buenos Aires NO-ESTÁ-PREPARADA para sobrevivir a la reciente invasión de carteles amarillos del Gobierno donde hay una gran “Hache” y luego dice “aciendo Buenos Aires”, y que –según mi simulador de catástrofes- promete desatar una verdadera lluvia de “burbujas a punto de estallar” en no menos de 72 hs., por lo que recomiendo firmemente protagonizar escenas de pánico, suicidios colectivos, saqueos, terremotos y volcanes. Por lo que me aparece en la máquina son como 90 o 127, pero ofrezco las 3 principales como una simpel muestra de las desgracias inevitables que sufriremos en las proóximas horas, empezando, ¡ya!:

La “Burbuja del Atavismo Amarillento”: Cualquier estudiante de biología o etología o antroplogía o edición de programas del Animal Planet está en conocimiento de que, en la Naturaleza, el color amarillo significa “¡Cuidado!”, o “¡Alerta!”, o tal vez” “¡Guarda, guarda, se nos viene la noche!” o quizás “¡Sumbudrule!”. Este es el mecanismo que utiliza la famosa rana “dardo venenoso” amarilla, quien con sus motas amarillas y negras parece decirnos, cual una Advertencia Legal de la Naturaleza “¡Cuidado! No intentes comerme, o te atragantarás y morirás entre horribles dolores y lanzando una espuma negra por la boca. Válido para todo el territorio argentino excepto Santa Fe y Córdoba”.

El mismo principio, grabado a fuego en lo más profundo de nuestros instintos carnales, se ha utilizado en la decoración de los locales de Mac Donalds -para que la gente se ponga nerviosa y se vaya de allí lo mas rápido posible-, y también en el color amarillo de las semáforos, que como todos sabemos significa “precaución”, o en todo caso “precaución, te podés quedar adentro del semáforo así que metele”. ¡Pero a nadie se le ocurriría empapelar toda una ciudad, TODA, una ciudad habitada por conductores de automóviles, cirujanos, operarios de maquinaria pesada y demás ciudadanos que necesitan un contexto de cierta tranquilidad para trabajar! El constante “stress” producido por estos carteles, emitiendo el mensaje subconsciente de que cierto alimento es venenoso o que cierto funcionario gubernamental te está cagando, provocaría a la largo o la corta, más probablemente a la corta, una serie de microinfartos encadenados y simultáneos en toda la población de la ciudad, sin la posibilidad de que nadie quede vivo para aplicarnos un defibrilador!

En otros países, más serios, junto con los carteles amarillos el Gobierno reparte gratuitamente las correspondientes recetas de Prozac para evitar que el stress nos liquide a todos; pero estamos en Argentina, donde se estimula desde el Estado mismo la muerte por amarillismo.

La “Burbuja de la Multiasociación de Ideas Distractiva”: Nunca en la Historia de la Publicidad y el Marketing el más desaventajado estudiante de Escritura de Propagandas ha sugerido un “slogan” tan vulnerable al sabotaje físico o virtual por parte del eventual lector: “Haciendo Buenos Aires”.

La profusión de palabras y frases para transformar el citado slogan en una frase denigratoria que invaden nuestra mente al leerlo es sobrecogedora: “DesHaciendo Buenos Aires”, “Haciendo Mierda Buenos Aires”, “Haciendo Pelota Buenos Aires”, “Haciendo Huevo”, “Haciendo Cagadas”, “Lo hacía más alto, lo hacía más joven, lo hacía más buen mozo pare señora, me está deshaciendo”, etc. Además del excesivo gasto en marcador indeleble que cientos de miles de gamberros de la Ciudad ya están realizando sobre los afiches –poniendo en peligro el desabastecimieto de marcador indeleble, lo que podría llegar a poner fin a las listas de compras, con las consecuentes hambrunas y sobreabastecimiento de comida que se desprenden de este potencial flagelo- la “distractividad”, por así llamarle (y por inventar una palabra) impulsada en nuestras vulnerables psiques (ya socavadas por el amarillismo de los afiches) pone en riesgo la concentración necesaria para llevar a cabo nuestras más elementales tareas diarias, desde conducir un auto, realizar una operación neurológica o manejar maquinaria pesada, lo que eventualmente producir decenas de miles de muertes, conviertiendo nuestra ciudad en un escenario apocalítico.

En ciudades más serias gobernadas por funcionarios responsables, los “slogans” políticos están diseñados por ejércitos de psicólogos, semiólogos e incluso humoristas políticos profesionales que –al igual que los ex “hackers” que trabajan para las corporaciones- testean las frases , hasta diselñar frases de sentido unívoco e indestructible, verdaderos tanques soviéticos de la semántica. Pero vivimos en un país subdesarrollado, donde los publicistas, con una indolencia digna de mejor causa nos dejan todo servido (dicen que la otra alternativa a este slogan era uno que decía “¿Qué pintor?”).

La “Burbuja de la Connotación Negativa de la letra Hache”: Pero la “Burbuja” más grave es la producida por la inmensa “Hache” quye protaginiza el cartel. Ignoramos si es que en realidad el Jefe de Gobierno está intentando homenajear el rugby, en honor a sus orígenes de Zpna Norte, o si es un vano intento de hacerle competencia a la Hegemonía “K” (con la burda excusa de qu la “H” está antes de la “K”), o si está tratando de que el elector eventual deje de identificarlo con las iniciales “MM”, que dan la sensación de que alguien está expresando dudas; lo cierto es que la fonética inglesa de la “H”, cada vez más difundida entre nuestro pueblo, nos evoca inmediatamente la idea de que alguien nos está tirando el aliento en la nuca (o en el mejor de los casos, que un degenerado te llama por teléfono y te respira), con los consiguientes giros de 180° en medio de la calle “sólo por si las moscas”, para vigilar, no sea cosa que, por las dudas, etc., lo que puede traer serias consecuencias en el desarrollo de nuestras tareas diarias (como conducir un auto, realizar una operación quirúrgica, manejar maquinaria pesada, etc.) y, por fin, la muerte generalizada por accidentes, distracciones y choques.

En metrópolis más modernas y CI-VI-LI-ZA-DAS, junto con la difusión de afiches, panfletos u otro tipo de comunicaciones gubernamentales que incluyan una gigantesca letra “H”, se reparte a los ciudadanos en forma GRATUITA Y UNIVERSAL media docenas de calzoncillos de lata, con el objeto de infundir un mínimo seguridad psicológica; pero estamos en una ciudad y un país donde se pretende que a nuestras preocupaciones diarias sumemos el evitar ser víctimas casuales del llamado “vicio francés”.

Por todo esto, solicito al Gobierno de la Ciudad el Inmediato reemplazo de los afiches por otros en color verde, con un mensaje menos equívoco (por ejemplo, “¿Qué pintor?”) y que incluya una gran letra “Jota”, medidas que no evitaran la inminente e inevitable Hecatombe que nos aguarda pero harán nuestras últimas horas ligeramente más soportables.

Parte del “Articulo” que es en serio y por la que seré acusado de “hacer política”, lo que es completamente cierto porque con las escuelas no se jode: Hoy a las 5 de la tarde se convoca en la Legislatura a todas las Cooperadoras de las escuelas de la Ciudad para discutir las SUBVENCIONES ELIMINADAS por el Gobierno de ¡MACRI! a la educación, por poner un ejemplo las subvenciones para excursiones -"qué querés, que encima que la escuela es gratis se vayan a pasear", habría dicho cierto funcionario-, o por poner otro ejemplo la SUBVENCIÓN PARA EL MANTENIMIENTO EDILICIO (para que de golpe si se rompe una puerta se PUEDA ARREGLAR).
Publicado por Podeti en Mayo 26, 2008 3:02 PM | Enlace

http://weblogs.clarin.com/podeti/archives/147460.php




Hay un asunto detrás de la H de la cartelera callejera (con rima para que sufran los renacuajos) y es que tal vez no sea una letra sino un simulacro, un holograma, un atributo a descollar, un mensaje para las futuras generaciones, un campo minado, una Historia de humo® repetida (la h de historia o de humo es casualidad, pero los genios somos así, todo lo conectamos con hilos, hebras y herrajes, Podeti me entiende).

En mis cursos semanales del magister del Psicoanálisis e histiología de la sociedad intectual pro-bolche-guevarista I: "Aprenda a leer la borra de los blogs", expondré que ese engendro publicitario son dos cuatros, uno sobre otro, apilados como sillas del siglo XX.

Entonces, cuatro y cuatro van "haciendo un ocho" o sea que los creativos estaban mamados como borrachines -los doce uvas- consuetudinarios cuando pergeñaron el aviso.

Si mis discípulos recuerdan bien, hace años, durante la época de la China comunista una exagerada propaganda del Tao/Mao/Manu Chao/ nos adoctrinaba desde las pantallas televisivas, por las cuales nosotros párvulos inocentes escolares que terminábamos de ver El Gran Chaparral, éramos aleccionaros con un simpático "amalillo lindo color" sobre el avance Chino en la cuestión global.

Vosotros alegaréis que la propaganda era de una empresa de Japón "Atma, si mal no recuerdo" y que nada tiene que ver con la posición política de las autoridades actuales.

Dígoles que no. Espantaros, gentiles.

Se utilizaba el recurso subliminalmente para convencernos de no discriminar a los pieles rojas (Independiente era el Rey de Copas y no el cuatro de copas), a los negros (años ha en que Nelson Mandela estaba preso y no era un muñequito negro y enano del Rockefeller Centre) ni a los orientales, que ya en ese entonces eran como mil millones, y apilados unos sobre otros (como el chikili-cuatro) podrían llegar a la luna sin necesidad de satélites espaciales.

Bueno, eso nos decían, por lo menos y no estaban tan lejos de la verdad. "Digo, no sé, me parece."

Esta H es el símbolo de Hong Kong contra King Kong.
Hache enfrentando a un Rey (para los que ignoran el idioma de Chespier King en inglés) del Congo belga de Kiss (por si es Reina (Queen) y hay que salvarla (God save etc)).

En los comics o historietas, se dibuja una gran cabeza y un cuerpito pequeño para producir el efecto risa ( no lo sabía, pero yo miro el canal "Encuentro" ¿qué se creen?), entonces esa H cabezona, de cuatro por cuatro, dieciséis o cuatro al cuadrado ¿no será Duhalde que también tiene hache intermedia? Y no se intente soslayar que llamo cuadrado al cuatro y no al cabezón, Dios nos libre y nos guarde.

El asunto se complica si sabemos que los buenos aires nacen no se hacen, lo mismo que los poetas y los artistas que salen por la tele y que todo el mundo felicita porque se ganan el Martín Fierro, que a estas alturas tendría que llamarse Martín Hierro, porque el que a hierro mata..., debería ir preso.

No sé si me explico...


Lu.
La utiización de los puntos suspensivos al final del texto tiene por exclusivo fin enervar a los puristas de editoriales que inventan disparates como que no se debe terminar un editorial con puntos suspensivos...
porque si uno pone puntos suspensivos ya se sabe...
entonces nadie daría clases si vas a hacer lo que se te canta...
para que te voy a contar las consecuencias de terminar con...
ya que los publicadores de diarios conocen perfectamente el efecto... de los...


Esteban: si no vas a leer mi comentario porque es larguito, lo divido en cuatro por cuatro.
¿tas de acuerdo?





Publicado por: Lucía Angélica Folino | Mayo 26, 2008 4:00 PM

(comentario publicado en el blog de Verdú, con correcciones de estilo)