martes, 27 de mayo de 2008

SOLUCIÓN AL PROBLEMA DEL CAMPO.

Sé que el populus argentino está esperando (oeh oeh oeh) la palabra equilibrada y prudente de su Comandante General del Mundo Entero, que es quien esto suscribe (hoy localizada -que no loca ni izada- en nuestra Patria argentina* por razones más que obvias).



A ellos me debo y aquí va:

Porque convengamos que como bien dice mis estimados colegas del bar "todo es cuestión de dinero" y no de ideologías.

Por tanto, con la claridad que me caracteriza y mis poderes de supervidencia por mi muy mentada capacidad de leer en la borra de los blogs, me pronunciaré ipso facto, y daré una lección de pragmatismo académico a mis contertulios:



Mi propuesta se basa en que se reúnan Fernández y Fernández y extiendan un memo a Fernández, quien una vez anoticiado de dichas reglas de los Fernández, y tras recibir el apoyo del otro Fernández, quien por previa orden de Fernández y Fernández expedirá una solución que implique la ratificación de Fernández y Fernández rechazando la propuesta que evidentemente sugiere Fernández y retrasa la solución al conflico que provocó Fernández, bajo asesoramiento de Fernández.


Ofrezco mi exagerado aporte para que se termine con el problema de nosotros que somos los "treinta millones de Garcías" de la guía telefónica.



Lu.