El cinismo (del lat. cynismus, y este del gr. κυνισμός) es una desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables. También es una impudencia u obscenidad descarada.
No advierto en este chiste del estimado señor Esteban, ninguna de esas condiciones está presente, para llamar cínico a su humor catártico.
Aproveché el espacio para jugar a cumplir con el mandato: ¿Qué harías si tuvieras todo el dinero del mundo?
Bueno, haría publicidad en prime time de los canales de aire y diría exactamente lo mismo que se me ocurriera y tuviera relevancia: y medio país estaría hablando de eso, discutiendo sobre la veracidad, el fraude, la incomprensibilidad o el error de mis palabras.
¿Y el extrañamiento?
Nada. Eso lo dejamos para los progres de cinturón de cuero y zapatillas Nick.
Como no tengo esa posibilidad económica, lo hago en los blogs que me permiten el lujo.
Siempre aparece algún caído del catre que no entiende "niuna". Es lógico. Tampoco tengo que andar explicando los detalles.
Tampoco interpretarán probablemente eso de "comprar todos los números menos uno" que es de una sutileza que escapa a sus cuadrados cerebros de lectores de zapping en la red.
Más debería sorprendernos que nuestro inefable Ernesto, queriendo emular mis apariciones -que hacen más ruido que las bombas de ETA - insulte y no sea siquiera gracioso en el decir, reciba los castigos de Castrelli sin inmutarse y esté atento a cualquier comentario para evacuar su mensaje improcedente por quedarse en dique seco.
La radio es un poquito vieja, es verdad, pero ¿a quien le importa?
Los Simpsons son amarillos.
Batman se disfraza para salir a defender la ciudad.
Superman vuela. Harry Potter es mago (vender millones de ejemplares como hace él es ser un gran mago).
Sin embargo, nadie los cuestiona por eso.
Yo que usted, don Podeti cierro los comentarios y chau pimpinela.
Lu.
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