domingo, 3 de febrero de 2008

PROSIGO.

Me liberaste de la culpa, Po.

Tampoco pude soportar las descripciones fastuosas de Madam Bovary.

Para colmo, una vez se me ocurrió comprar un libro de correspondencia entre Turgueniev y Flaubert. Fue un desastre. Intragable (yo también tardo horas buscando adjetivos, como podrás apreciar).

El francés era un obsecuente lacónico y sin gracia en su vida privada, su sentido del humor era nulo y el ruso no le pasaba cinco de bolilla.

No pude volver a leer a ninguno de los dos.

Para educación sentimental prefiero a Fromm (es más actual y más profundo en sus reflexiones). La de Flaubert ufff... parecen los consejos de Para tí, para conseguir marido o los del "Prosigue" sobre como se debía tomar el baño semanal.


Lu.
"Prosigue" era uno de los libros de texto que leían mis padres en ¿1935? en la escuela primaria.

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