lunes, 4 de febrero de 2008

ENTRADAS O COMENTARIOS.

Podeti se ofende porque llamo "comentario" a su "entrada".



Ah: maestro Podeti.

Ignoro como se llama a las entradas de blog hechas por el autor.

¿Qué tiene de malo "comentario"? ¿Es despectivo?
Entonces, dejaremos de escribirlos para que los blogs sean una exposición de la verborrea ajena de los elegidos y nada más.
Una especie de libro donde el lector esté ausente (y tenga derecho a tirarlo por la ventana sin terminar y nadie se entere).

Nunca en mi vida leí un manual de instrucciones y en un género que no pienso abordar a mis años.

Estoy un poco harta (y ¿agresiva como dice Vontrier?) con esto de que los comentaristas sean anónimos seres y se arroguen derechos que ni tienen ni les corresponde desde su estúpida situación ambigua.
Si Nicole Newman se desnuda en la Avenida Corrientes es una lucha social de avanzada, si lo hace Juan Gordon es una grasada. ¿Es tu postura no?

Por eso, entro a darte esta "explicación". Ni siquiera quise ofenderte. Fue un chiste un poco irreverente. Valga por todos los cientos de (uy iba a repetir comentarios) que te aplaudí en su momento.

Sabemos que toda broma se basa en una degradación del objeto ridiculizado. Sin este concepto no habría posibilidad del gag, ni de humor de tipos: gallegos, argentinos, judíos, comentaristas, comandantes, señoras gordas, bofetones, tropezones, sarcasmos, burlas, chascarrillos, las ironías no tendrían razón de ser.

Tomaré tu... iba a decir comentario (de nuevo, que boba soy), tu respuesta al pie de mi inútil participación como iluminadora, igual que una sutileza de tu extremado conocimiento lúdico.

De otra manera, cualquier declaración de talento o genialidad de tu parte no sería sino un acto de soberbia de escritor que tiene un sueldo en un diario masivo y se siente con derecho a crear jurisprudencia en el imaginario y escamotearle al lector el derecho a disentir y enfadarse.



Lamento decir que te comportaste cual
Omar Belt en su máxima expresión.



Lu.

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